UNIDAD 3

El sostén de los vegetales: colénquima y esclerénquima.
El colénquima y el esclerénquima son los tejidos de sostén de las plantas. Están constituidos por células con paredes celulares gruesas que aportan una gran resistencia mecánica. A pesar de compartir la misma función, estos tejidos se diferencian por la estructura y la textura de sus paredes celulares y por su localización dentro del cuerpo de la planta.
El colénquima es un tejido vivo formado por un solo tipo celular, la célula colenquimática. Presenta una gruesa pared celular primaria caracterizada por engrosamientos distribuidos de manera desigual, lo que confiere al tejido gran resistencia a la tensión y a otros tipos de estrés mecánico. Las células colenquimáticas, al igual que las células parenquimáticas, son capaces de reanudar una actividad meristemática gracias a que sus paredes celulares son primarias y no lignificadas, a pesar de su grosor. Es un tejido poco extendido en el cuerpo de las plantas ya que, por lo general, no está presente en las raíces ni tampoco en estructuras con crecimiento secundario, donde es sustituido por el esclerénquima. El colénquima se sitúa en posiciones periféricas, donde realiza mejor su función, bien justo debajo de la epidermis o separado de ella por una o dos capas de células parenquimáticas. Forma una especie de cilindro continuo o bien se organiza en bandas discontinuas. Sirve de soporte durante el crecimiento de tallos herbáceos, hojas y partes florales de las dicotiledóneas. Está ausente en las monocotiledóneas.
Las paredes celulares de las células colenquimáticas tienen una gran cantidad de pectinas y hemicelulosas, además de celulosa. Juntos confieren a este tejido sus características de resistencia y flexibilidad. Precisamente estas características tisulares le han dado el nombre al colénquima, que deriva de la palabra griega colla, que significa goma. Si a esto le sumamos que es un tejido vivo, y por tanto con capacidad para desarrollar y engrosar sus paredes celulares, podemos decir que es el tejido de sostén por excelencia de los órganos que se están alargando, ya que tiene capacidad de adaptarse al crecimiento de cada estructura de la planta.
Los distintos tipos de colénquima se caracterizan por el engrosamiento de sus paredes celulares. Si la pared celular está engrosada de forma desigual pero no deja espacios intercelulares tenemos al colénquima angular, en el cual los engrosamientos se dan en los vértices de las células. Cuando los engrosamientos están en las paredes tangenciales externas e internas tenemos al colénquima laminar. Si el engrosamiento de la pared deja espacios intercelulares y tales engrosamientos están cerca de dichos espacios intercelulares, tenemos entonces al colénquima lagunar, o bien si el engrosamiento es uniforme alrededor de la célula tenemos entonces al colénquima anular.
El esclerénquima, a diferencia del colénquima, presenta dos tipos de células con pared celular engrosada, pero ésta es secundaria y lignificada en las células maduras. Las células esclerenquimáticas maduras no contienen protoplasma y son células muertas. Gracias a la estructura de sus paredes celulares el esclerénquima tiene una función muy importante en el soporte de los órganos que han dejado de alargarse. Protegen las partes más blandas de las plantas y más vulnerables a estiramientos, pesos, presiones y flexiones. Por eso aunque está distribuido por todo el cuerpo de las plantas, ya sean estructuras con crecimiento primario o secundario, es más abundante en tallos y hojas que en raíces.
Este tejido es complejo y los dos tipos de células que lo componen se distinguen principalmente por su forma, su origen y su localización. Un tipo son las fibras, células alargadas y fusiformes, y el otro las esclereidas, que son células variadas en su forma pero típicamente más isodiamétricas que las fibras. El origen de estos dos tipos celulares no está claro pero se propone que las fibras se originan por diferenciación de células merístemáticas y las esclereidas a partir de células colenquimáticas o parenquimáticas que lignifican sus paredes celulares.
Las fibras son células alargadas de extremos puntiagudos, con una pared celular secundaria más o menos gruesa con muchas capas y con un grado de lignificación variable. Se sabe que la lignificación y la diferenciación de las fibras en los tejidos vasculares están influidos por las hormonas vegetales como las auxinas y las giberelinas, que regulan la deposición de lignina en la pared celular. La pared celular de la fibra madura puede ser tan gruesa que a veces ocupa completamente el interior celular. La mayoría de las fibras son células muertas en la madurez, aunque se han encontrado elementos fibrosos vivos en el xilema de algunas dicotiledóneas. Debido a su resistencia a la tensión son de gran importancia económica y se empaquetan por lo general formando hebras que constituyen la fibra comercial. Las fibras de las hojas de algunas monocotiledóneas son comercialmente importantes en la manufactura de la ropa y otros tejidos.
Las fibras se clasifican según su posición topográfica en la planta. Las fibras extraxilares son aquellas que se encuentran en el floema (fibras floemáticas), en la corteza (fibras corticales), o bien rodeando haces vasculares (fibras perivasculares) y las fibras xilares se encuentran en el xilema.
Las esclereidas muestran paredes secundarias muy gruesas y lignificadas que a menudo están interrumpidas por unas patentes punteaduras. Sus formas pueden ser isodiametricas, estrelladas, ramificadas, etcétera. Están ampliamente distribuidas entre las angiospermas pero son más abundantes en dicotiledóneas que en monocotiledóneas. Se encuentran en los tallos, hojas, frutos y semillas, aisladas o formando capas. Clásicamente se clasifican según su forma: astroesclereida, braquiesclereida, también llamada célula pétrea, macroesclereida, osteoesclereida y tricoesclereida.
Poco se sabe de la función completa de las esclereidas. En muchos tejidos, aparte de tener una función mecánica, se les atribuye una misión protectora para paliar el efecto de los herbívoros o para disuadirlos. Aunque se han propuesto otras funciones más específicas en las hojas tales como conducir agua a la epidermis o incluso parecen ser transmisoras de luz (actúan como fibras ópticas) incrementando los niveles luminosos de las hojas. A menudo se originan tarde en la ontogenia de la planta y lo hacen por esclerosis de células parénquimáticas seguida de un crecimiento intrusivo que las hace penetrar en los espacios intercelulares del tejido donde se encuentran.
HORMONAS VEGETALES Y RESPUESTAS
MOVIMIENTOS DE CRECIMIENTO O CURVATURA: TROPISMOS
Las hormonas vegetales son producidas por células que se ubican en las zonas apicales de la planta.  Estas células no están agrupadas en estructuras específicas formando glándulas, como se presentan en los animales.  Determinan una enorme gama de funciones en las plantas: participan en el crecimiento de los vegetales gracias a que producen el alargamiento de sus células; también en la maduración de los frutos, en la caída de las hojas y cicatrización de las heridas.
La importancia de las hormonas se debe a que las plantas no poseen un sistema nervioso y sus respuestas frente a los cambios ambientales son mediadas por las mismas. A estas respuestas se las conoce como tropismos y consisten, generalmente, en movimientos de crecimiento de algunas partes del vegetal como los tallos, hojas y raíces.  Se caracterizan por involucrar un aumento de la biomasa, razón por la cual son respuestas irreversibles y lentas.
Tipos de tropismos
Los tropismos son respuestas que pueden ser de acercamiento o alejamiento del estímulo que los produce.  Llamamos tropismos positivos a aquellos que provocan una respuesta de acercamiento al estímulo, y tropismos negativos a aquellos movimientos de alejamiento.
Los estímulos que determinan respuestas de los vegetales pueden ser: físicos, químicos o de contacto.
Atendiendo al estímulo que los produce, los tropismos se denominan:

·           Fototropismo: es la respuesta que da el vegetal cuando el estímulo es una variación en la cantidad de luz.
·           Hidrotropismo: es la respuesta frente a un estímulo cuyo origen es el agua.
·           Tigmotropismo: es la respuesta a estímulos provenientes del tacto.
·           Gravitropismo: es la respuesta a estímulos de origen gravitatorio.
MOVIMIENTOS DE TURGENCIA: NASTISMOS O NASTIAS
Son movimientos activos y reversibles de determinados órganos de un vegetal. Responden a un estímulo, pero no son orientados por él. esto significa que la planta puede recibir desde cualquier lado el estímulo pero esto no influye en la dirección en que ésta va a reaccionar. Afecta a órganos planos como los pétalos, hojas tiernas y órganos de crecimiento longitudinal, como ramas, hojas, zarcillos, entre otros. Se clasifican de acuerdo con el estímulo que lo desencadena.
Pueden ser de varios tipos:
·           Fotonastia: respuesta a la luz, como la apertura de ciertas flores al amanecer o al anochecer.
·           Tigmonastia: movimiento de la planta propiciado por un contacto directo. un ejemplo muy conocido es la mimosa (mimosa pudica), planta conocida por su sensibilidad, ya que cierra sus hojas cuando se las tocan
·           Hidronastia: respuesta a la humedad del ambiente, como en la apertura de los esporangios en los helechos.
·           Nictinastias: movimiento generado en respuesta a estímulos ambientales, como la luz. un ejemplo son las leguminosas, que giran sus hojas en respuesta a la variación día/noche, se orientan verticalmente en la oscuridad y horizontalmente en la luz.
·           Sismonastia: es producida cuando el estímulo es un golpe o la sacudida del vegetal, como el movimiento de las plantas carnívoras o algunas mimosas.
·           Termonastia: respuesta a las variaciones de temperatura, como el cierre de la flor del tulipán.
Aunque los tipos de movimientos más comunes en las plantas son los tropismos y las nastias, cabe destacar que existen otros tipos de movimientos como las nutaciones (movimientos en partes jóvenes de la planta debido a procesos internos de la misma y no a factores ambientales) y los tactismos (movimientos de locomoción en respuesta a un estímulo, como por ejemplo  el movimiento de cloroplastos hacia zonas de menos intensidad luminosa para evitar una fotodestrucción).
RITMOS CIRCADIANOS
Las plantas necesitan coordinar toda su fisiología, y por ende su reproducción, con la información del ambiente que las rodea. Los ritmos biológicos permiten a las plantas anticiparse a ciertas condiciones exteriores cambiantes como luz y temperatura. Los encargados de generar los ritmos son los relojes biológicos, que a su vez utilizan la información del ambiente que rodea a la planta para actualizar su propio funcionamiento. Entre los ritmos biológicos los de mayor trascendencia para plantas y animales son los que ocurren con periodos cercanos a un día o ritmos circadianos.
REGULACIÓN HORMONAL DE CRECIMIENTO Y DESARROLLO DE LAS PLANTAS
Las plantas tienen cinco clases de hormonas (fitohormonas). Son compuestos que ocurren en forma natural, cada uno de los cuales exhibe propiedades fuertes de regulación del crecimiento en plantas. Se incluyen: auxina, ácido abscísico, citoquininas, etileno y giberelinas.
·           Auxina: el nombre auxina significa en griego 'crecer' y es dado a un grupo de compuestos que estimulan la elongación. 
Aunque la auxina se encuentra en toda la planta, las más altas concentraciones se localizan en las regiones meristemáticas en crecimiento activo. Se le encuentra tanto como molécula libre o en formas conjugadas inactivas.

La concentración de auxina libre en plantas varía de 1 a 100 mg/kg peso fresco.
La auxina ha sido implicada en la regulación de un número de procesos fisiológicos.
Ø  Promueve el crecimiento y diferenciación celular, y por lo tanto en el crecimiento en longitud de la planta.
Ø  Estimulan el crecimiento y maduración de frutas.
Ø  Floración.
Ø  Geotropismo.
Ø  Fototropismo.
Ø  Retardan la caída de hojas, flores y frutos jóvenes
·           Ácido abscisico: inhibe el crecimiento celular y la fotosíntesis. Cumple  un papel regulador en respuestas fisiológicas tan diversas como el letargo, abscisión de hojas y frutos y estrés hídrico; por lo tanto tiene efectos contrarios a las de las hormonas de crecimiento (auxinas, giberelinas y citocininas).
El ácido abscísico se encuentra en todas las partes de la planta, sin embargo, las concentraciones más elevadas parecen estar localizadas en semillas y frutos jóvenes y la base del ovario.
·           Citoquininas: son hormonas vegetales naturales que estimulan la división celular en tejidos no meristemáticos.
Son producidas en las zonas de crecimiento, como los meristemas en la punta de las raíces. Las mayores concentraciones de citoquininas se encuentran en embriones y frutas jóvenes en desarrollo. La presencia de altos niveles de citoquininas puede facilitar su habilidad de actuar como un fuente demandante de nutrientes.  Estas hormonas también se forman en las raíces y son translocadas a través del xilema hasta el brote. Sin embargo, cuando los compuestos se encuentran en las hojas son relativamente inmóviles.
Otros efectos de las citoquininas:
Ø  Estimulación de la germinación de semillas.
Ø  Estimulación de la formación de frutas sin semillas.
Ø  Ruptura del letargo de semillas.
Ø  Mejora de la floración.
Ø  Alteración en el crecimiento de frutos.
Ø  Ruptura de la dominancia apical.
·           Etileno: el efecto del etileno sobre las plantas y secciones de las plantas varía ampliamente. Ha sido implicado en la maduración, abscisión, senectud, dormancia, floración y otras respuestas. el etileno parece ser producido esencialmente por todas las partes vivas de las plantas superiores, y la tasa varía con el órgano y tejidos específicos y su estado de crecimiento y desarrollo.
·           Giberelinas: fue la primera de esta clase de hormonas en ser descubierta. Son sintetizadas en los primordios apicales de las hojas, en puntas de las raíces y en semillas en desarrollo.

Su principal función es incrementar la tasa de división celular (mitosis).
Además de ser encontradas en el floema, las giberelinas también han sido aisladas de exudados del xilema, lo que sugiere un movimiento más generalmente bidireccional de la molécula en la planta.



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